El estatus legal del consumo de cannabis referido al uso del cannabis como sustancia adictiva, ha sido y es objeto de debate y controversia desde hace décadas en el mundo. Prácticamente todos los países tienen leyes concernientes al cultivo, posesión, venta y consumo de cannabis. Los productos no psicoactivos (por ejemplo, fibra y semillas) son legales en muchos países, y en ellos las autoridades pueden dar licencia para el cultivo orientado a dichos fines. Productos con contenidos elevados de THC, sin embargo, son sustancias controladas en gran parte de los países del mundo, aunque existen excepciones por motivos médicos.
Diversas personalidades han solicitado cambios en su regulación, argumentando que las políticas prohibicionistas y policiales frente al tráfico de droga habrían fracasado.[1][2]
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